26 abr 2012

Intentando ser día a día una buena profesora


Leo y preparo clases, siempre poniendo esperanzas en mis alumnos... siempre aspirando a crecer, siempre ejercitando esto de volver a poner la mejor energía en cada actividad aunque resulte difícil, también creyendo en mí (porque es necesario). Esta es la realidad que ya se ha estudiado (la que cito más abajo), pero aunque ya esté escrito en los libros parece que está en nosotros seguir adelante (voy a seguir leyendo esto a ver en qué termina. Ya sabemos que conclusiones tajantes y recetas infalibles no existen). El libro es "LOS PROFESORES Y LA ESCUELA SECUNDARIA HOY" de Andrea Brito.
http://libroslibres.flacso.org.ar/sites/default/files/brito.pdf

Ah, y quiero escribir algo más: los docentes que estamos hace un año en el sistema tenemos los mismos inconvenientes a la hora de dar clases, enseñarle a los chicos pautas de convivencia, hacer trámites docentes administrativos y otras yerbas que los profesores que tienen 5, 10 o 25 años de experiencia o más y a veces tenemos más predisposición a aprender, adaptarnos y poner nuestra energía en lo nuestro, que es enseñar a adolescentes. A veces escucho opiniones raras de algunos colegas en cuanto a las capacidades de los iniciados... dudan de nosotros como si ellos no hubieran tenido también un punto de arranque en la historia de sus carreras. Que quede clara mi opinión: seamos compañeros, no nos critiquemos entre nosotros si no es respetuosamente y de manera constructiva. Por otro lado, quiero dar gracias a todos los que me ayudan a crecer y a ejercer, y a todos mis profesores.

"...el cuadro de devaluación educativa al que refieren los profesores encuentra causas en un origen externo, esto es, la crisis social general y su impacto en las familias. Ahora bien, elúltimo golpe de esta cadena de efectos parece condensarse en lo que efectivamente pasa en las aulas a la hora de concretar la función más pura y tradicionalmente educativa: la enseñanza y el aprendizaje. En estas escenas los jóvenes, hasta ahora sólo representantes indirectos de la crisis general, se recolocan “cuerpo a cuerpo”con los docentes y parecen asumir directamente el enfrentamiento y cuestionamiento del afuera hacia la escuela. Aquí el discurso, al menos en el comienzo, resulta antagónico y esto se manifiesta en el choque entre aquello que los profesores tienen para ofrecer -el conocimiento- y que los alumnos parecerían no estardispuestos a recibir. Un desencuentro entre motivaciones parece obstaculizar lo esperable en la escena escolar.

Esta no correspondencia encuentra explicación en la imposibilidad de “hablar sobre lo mismo” porque,según los docentes, los jóvenes no cuentan con una base de conocimientos mínimos e indispensables para acceder a aquellos propios de la escuela secundaria -y laculpabilización de esto vuelve sobre el nivel primarioni tienen la necesaria valoración hacia el conocimiento,base tradicional de la autoridad docente. También, y sumando argumentos, los profesores encuentran explicaciones en la cultura facilista de estos tiempos enemiga del esfuerzo que supone el acceso al saber -como veíamos, rasgo altamente valorado en la vida escolar- y contra la valoración de dicho saber como bien y sinónimode progreso social.

Con las expectativas opacadas, y lejos del ideal del “buen alumno”, la abulia, el desinterés, la desmotivación parecen ser los rasgos que definen y presentan alos alumnos de hoy. Se trata de un problema que condiciona la posibilidad de enseñanza. Y los modos conocidos no logran ser efectivos para revertirlo.

Así para los profesores dar clase implica enfrentarse diariamente con la azarosa disponibilidad de atención einterés por parte de los alumnos. Y cada día, todos los días, prueban estrategias para conquistar a cada uno de sus alumnos.

La motivación constituye una dimensión que cobra particular fuerza en la definición de la experiencia en la que los docentes se constituyen en el cotidiano escolar. Pero se trata de una dimensión que no sólo representa una demanda para los profesores en relación con susalumnos sino que, también, los alcanza a ellos. En la escena de la escuela secundaria actual también deben motivarse para asumir su propia tarea. El ensayo de formaspara captar la atención y el interés de los alumnos, y de este modo encontrar reconocimiento, implica la búsqueda de la propia motivación". 

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