20 sept 2021

Agostina Berg

 Caminaba por un bosque a las altas horas de la noche, el frío me ponía la piel de gallina mientras la

oscuridad me volvía más paranoico.

No sabía cómo había llegado hasta ese lugar, pero no me importaba, ni quería averiguarlo, lo

único que quería era buscar una manera rápida de salir. Sentía que, si permanecía mucho tiempo

más siendo abrazado por la oscuridad, algo saldría de ésta y no tendría piedad por mí.

Poco a poco perdía la paciencia, solo era capaz de escuchar mi respiración agitada y mis propias

pisadas. Me sentía débil y enfermo, cuando ya no pude moverme ni arrastrando mis pies, me dejé

caer sobre el suelo. Justo en ese momento, pude escuchar el crujir de una rama. ¡Algo estaba

cerca! Algo estaba cerca y no tenía las fuerzas para defenderme o huir de ello.

Sentí como se acercaba, en ese momento juré que mi corazón saldría de mi pecho y en el

momento que supe que estaba detrás de mí, con la respiración agitada y el cuerpo cubierto de

sudor, quise gritar por el miedo y la impotencia de no poder hacer nada. En ese momento,

desperté.


Agostina Berg. 3° B - Colegio Sagrado Corazón

Gral. San Martín, Buenos Aires, Argentina.

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