Taller de escritura literaria
Título: Virgil
Título: Virgil
Escritora: Paula
Brunstein
Instituto: Cristo Rey, Caseros.
Cansada de tanto caminar por avenida Corrientes, la flaca Virgil
decidió pasar por esa librería excepcional en donde siempre consigue volúmenes
imposibles de encontrar en Buenos Aires.
Decidió llevarse “The shining” de Sthepen King, a
pesar de haberlo leído ya unas siete veces
media, pero ésta era una edición especial, con más capítulos de los que
conocía.
Sin dar vueltas se dirigió con el ejemplar hasta
el mostrador, y observó que del cuello del empleado colgaba un hermoso cáliz
dorado.
“¡Como el de Harry Potter!” pensó. También pensó
en preguntarle dónde lo había conseguido tal genialidad pero no lo hizo.
A la madrugada, daba vueltas en su cama, no dejaba
de pensar en el cáliz. Quería conseguirlo, robárselo a aquel chico, que fuera
suyo.
“Mañana es mío” concluyó y al fin pudo dormirse.
A eso de las diez de la mañana, el empleado, Gus,
vio entrar a una chica flaquísima de dos metros de alto a la librería. La
recordaba, imposible olvidarla siendo tan particular, y además acudía a menudo
al local. Tenía los ojos como desorbitados y se acercaba a paso firme hacia
donde él estaba.
Cuando estuvieron frente a frente, la flaca, sin
decir una palabra le agarró al joven la cara entre las manos y lo besó.
Gus se dejó llevar y de un momento a oro ella ya
no estaba. Confundido, notó que su caliz ya no colgaba de su cuello.
Reliquia familiar, aquel cáliz, había pasado de
generación en generación y ahora la flaca se lo robaba. Inmediatamente decidió
encontrarla, cueste lo que cueste.
Durante meses y meses Gus la buscó en cada
esquina, calle o bar, pero misteriosamente la flaca había desaparecido.
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