Se me revelan a cada paso las brechas entre el académico de escritorio que cree saber lo que pasa en las aulas y las realidades que vivimos con los pibes en las clases.
Muchas veces pienso: Si vinieran a vernos... ¡qué sorpresas se llevarían!
Y me pregunto: ¿estarán contentos con ese pedestal que se inventan cuando dicen "lástima que les falta creatividad a los docentes", "no se analiza bien tal o cual cosa en la escuela" "no se hace nada con tal tema y a nadie le importa"?
Ya sé, existen estos problemas, pero ¿quién reivindica los esfuerzos que hacemos mis compañeros y yo para hacer lo mejor que nos toca en nuestros colegios? (porque no soy la única que intenta dar un salto de calidad dentro del sistema educativo con todo lo que se le puede criticar).
Ya sé: principalmente los alumnos. Aunque haya personas que no lo quieren ver, son ellos los verdaderos poderosos a la hora de juzgar lo que es enseñar desde el amor y la pasión y transmitir el interés por todo en esta vida: conocimientos, pensamientos, sentimientos, compromisos y elecciones.
Eso está en la escuela. Yo soy una de los que se lo podemos asegurar.
¡Ah! y otra cosa: cuando me rodeo de artistas que me dicen "animate a hacer un libro de artista" o "montá una obra con cooperativa" les digo: quiero. Creo que podría. Pero no es mi principal objetivo. He descubierto que mi arte -lo es desde el primer día y palpito que seguirá así hasta el último- es ser profesora. Y me emociono.
Necesitaba expresar esto. Gracias a todos los que nos apoyan.
Y si el martes hay paro nacional docente me adhiero. Por el arte y el compromiso.
Una escena de Romeo y Julieta, de Shakespeare. actuada por dos alumnas.
Bandera para estandarte pintada para una murga.
Salida educativa a un Museo.
Final de una filmación de escenas de Otelo, de Shakespeare.
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